Notas de la directora / Notes from the director of "Jardín de Sueños"

Artwork by Gene Flores

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Cada año, cerca de 65,000 estudiantes indocumentados se gradúan de la escuela preparatoria en EEUU, muchos de ellos con la intención de seguir estudios universitarios y seguir sus sueños de convertirse en profesionales.

La legislación estadounidense permite la entrada de estudiantes indocumentados a las universidades y colegios comunitarios, mientras las instituciones educativas estén de acuerdo. Pero, el gran límite está en que al ser indocumentados no tienen la posibilidad de acceder a préstamos, becas u otro tipos de ayuda financiera patrocinadas por los gobiernos federal y estatal.

Además de las limitaciones externas, un estudiante indocumentado vive en  sí una serie de obstáculos que se desencadenan cuando sus sueños encuentran límites. Empezando por un sentimiento de aislamiento que les impide comunicarse abiertamente acerca de su situación con la familia y amigos, seguida por la pérdida de autoestima y por falta de interés de luchar por lo que quieren ya que piensan que aun estudiando, sus posibilidades de desarrollo como profesionales son limitadas por su estatus legal.

Aunado a esto existe mucha desinformación en jóvenes y padres de familia acerca de las opciones que tienen y cómo acceder a ellas. Y no es que no haya opciones para los jóvenes indocumentados para seguir estudiando, sino que las posibilidades de alcanzar lo que soñaron son limitadas.

Las limitaciones que nuestros jóvenes encuentran representan grandes retos de vida que ellos tienen que afrontar a corta edad; 16, 17 o 18 años. Jardín de Sueños, espera inspirar, a que los jóvenes encuentren la fuerza en sí mismos, sigan luchando y no se dejen vencer por limitaciones externas. También para las familias, para que busquen información y apoyo para ser un pilar para sus jóvenes.  No están solos y  ellos mismos, sus familias y finalmente el país, van a agradecer en un futuro que no se hayan dejado vencer y continuaran con su  sueño de seguir adelante.

Espero que la semilla de este jardín se esparza entre todos ustedes y nuestra comunidad.  — Nelda Reyes

Agradecimientos especiales a todos los jóvenes y familias que me permitieron conocer sus historias, a los actores que viven estos personajes, a mi esposo por su gran apoyo.

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Every year, some 65,000 undocumented students graduate high school in the U.S., many of them with the intention of continuing their studies at a university, following their dreams of having professional careers.

The U.S. Legislature and educational institutions both permit undocumented students to enroll in universities and community colleges. But the problem is that those who are undocumented don’t have the option of loans, scholarships or other types of financial aid offered by the federal and state governments.

Beyond those outward restrictions, another series of obstacles are triggered when an undocumented student finds his or her dreams denied. It starts with a feeling of isolation that gets in the way of talking openly about their situation with their friends and family. This grows into a loss of self-esteem and a lack of interest in standing up for what they want because they think that, even though they are progressing in their studies, the possibility of having a professional career will be limited by their legal status.

Combined with this, there’s a lot of misinformation among young people and their parents about their options and how to access them. It’s not that there aren’t choices for undocumented students to continue their studies, but the possibilities of achieving their dreams are limited.

These are big challenges that our young people have to face at a very young age — 16, 17, or 18 years old.  With Jardín de Sueños, we hope to inspire young adults to find their own strength, to continue to fight and not give in to outside forces. And for their families, we hope that this will inspire them to look for information and to be a pillar of support for their kids. They are not alone and they themselves, their families and, evenutally, the country is going to be thankful for not having given in, and for continuing on with their dreams.

I hope that the seeds of this garden are scattered among all of you and our community. — Nelda Reyes

We want to especially thank all the young people and families that have given me the opportunity to get to know their stories, to the actors who bring these characters to life, and to my husband for his immense support.